lunes, 13 de septiembre de 2010

Facetime (I)



Últimamente, cada vez que digo “pues no está mal que se pueda hacer Facetime en este dispositivo”, mis amigos me recuerdan entre risitas que Facetime es algo así como la versión pija de la videoconferencia, que ha existido desde hace años, pero.. ¿es esto cierto?

Hace ya algún tiempo que la videoconferencia está entre nosotros. Creo que la primera vez que vi el concepto de videoconferencia fue hace ya 21 años (casi nada!) en la película “Regreso al futuro II”


¿Recordáis esta escena? En ella el protagonista Marty McFly habla con su colega Needles a través de la una televisión plana que ocupa media pared. Cualquiera de estos conceptos resultaban entonces lo suficientemente extraños como para introducirlos en una película de ciencia ficción y dejar al público impresionado y confundido (a la altura del patinete volador!).
Quién podría haber imaginado en ese momento que poco después ese mismo año Philips introduciría en el mercado la primera TV plana y dos años después la videoconferencia basada en IP permitiría que toda persona con acceso a Internet pudiera mantener una conversación con video como la de la imagen -vale.. con algo menos de resolución “quizás”- a un coste razonablemente bajo.
Y sin embargo, parece que este concepto nunca ha terminado de arrancar. ¿Por qué?
Supongo que se han escrito ríos de tinta sobre este asunto, pero yo me voy a arriesgar y dar mi opinión personal, y el por qué creo que Facetime con toda probabilidad hará despegar esta tecnología de una vez por todas.
¿QUÉ ENTENDEMOS POR VIDEOCONFERENCIA? ¿Y POR VIDEOCONFERENCIA “DE CALIDAD”?
Aunque existen antecedentes en la década de los 80, e incluso antes, hablar de videoconferencia hoy en día implica pensar en una, o normalmente un conjunto de tecnologías que nos permitan encapsular datos de video y audio en paquetes de datos enrutables a través de una red de comunicaciones IP (como por ejemplo Internet). Es decir, el objetivo de la videoconferencia, como pasa con la Voz sobre IP, es aprovechar una infraestructura pública existente y barata para que sus usuarios puedan mandar sus conversaciones de voz y video como datos a través de esa red.
El objetivo de esta videoconferencia es el mismo que el de una llamada telefónica, el poder comunicarnos a distancia con una o varias personas.
En cuanto a sus requisitos, podríamos establecer un par de condiciones básicas para que una videoconferencia se considere de calidad:
  • -La calidad del audio y la definición del video deben ser aceptables para el dispositivo donde visualizamos la llamada.
  • -La comunicación de los datos no debe añadir demasiado retraso al flujo de audio/video, todos sabemos el efecto totalmente extraño que produce una llamada o video donde el emisor habla y el receptor lo escucha segundos después y contesta otro ratito después, es totalmente antinatural.
Estas dos condiciones, la calidad y el retraso en las comunicaciones, creo que han sido el caballo de batalla de la videoconferencia hasta hace muy poco tiempo, pongo un ejemplo de cada.

Un servicio que envía audio de calidad a través de internet, Spotify (si no lo habéis probado aún, este es el momento!), es capaz de encapsular audio de calidad enviando 160 Kbit/s, o lo que es lo mismo 0.16 Mbps
Por otra parte, un conocido servicio de alojamiento de vídeos, Youtube , encapsula el video, dependiendo de la calidad, usando desde 0.25Mbps hasta 5Mbps. Lógicamente, cuanto mayor es la cantidad de datos enviados en menos tiempo, mayor es la calidad del video. Un ejemplo.


He puesto el video intencionadamente grande para que se note la diferencia. Podéis elegir diferentes calidades pulsando sobre el botón 360p en la parte baja del video, con esa calidad, estaríamos recibiendo video a 0.5Mbps, y con la más alta para este video, 720p, lo estaríamos recibiendo a 2Mbps.

Teniendo en cuenta que las conexiones a Internet modernas tienen velocidades mínimas de entre 1Mbps y 20Mbps (los “megas” que nos venden por la tele es precisamente esto), aparentemente podríamos, en el peor de los casos, recibir video con una calidad aceptable en la peor de las conexiones, aun sumándole los 0.16Mbps del audio (quedaría 0.16+0.5Mbps = 0.66 Mbps). ¿Valdría esto para hacer una videoconferencia con esta calidad? Pues NO, y aquí está el problema 1, el de la calidad.


Cuando compramos nuestra conexión a Internet, los Mbps que nos venden en letras grandes en la publicidad, son de descarga, es decir, en sentido red-> usuario. Cuando vemos un video en youtube o escuchamos una canción en spotify estamos usando esa velocidad, pues los datos vienen en ese sentido. 


Pero en una videoconferencia la cosa cambia, necesitamos, además de la velocidad de bajada, velocidad de subida!, es decir, necesitamos enviar datos a nuestro interlocutor, ademas de al contrario!. Por lo tanto la calidad de la videoconferencia va a venir determinada, no por los “megas” sino por la velocidad de subida menor de los interlocutores. A modo de referencia, y para no liarme más con el tema, dejo una tabla con las velocidades de subida de las compañías y ofertas más conocidas de este país, y juzgad vosotros mismos que calidad se podrá tener en una videoconferencia con “esto”.


Movistar Kit ADSL 6Mb: 0.64 Mbps
Movistar Kit ADSL 6Mb: 0.8 Mbps
Jazztel 20Mb + Anexo M: hasta 1.5 Mbps dependiendo de la distancia
ADSL Ya.com 10Mb: Hasta 1Mbps
Mundo-R (Galicia) 15 Mb: 1.5 Mbps
Mundo-R (Galicia) 100 Mb: 5 Mbps
Ono 6Mb: 0.3Mbps
Ono 50Mb: 3Mbps


Como veis, la oferta varía considerablemente de una compañía y producto a otro, pero ya sin meternos en precios, que en la mayoría de los casos son desproporcionados, se ve claramente que aún falta bastante infraestructura para poder realizar videollamadas con alta calidad sin problemas, en la mayoría de los casos estaremos usando el límite de nuestra conexión de subida para conseguir la calidad más baja posible.


En cuanto al retardo, el segundo parámetro crítico para las llamadas, esto no es algo que podamos comprobar cuando compramos nuestra conexión a Internet, puesto que los operadores no ofrecen datos acerca del retardo medio en sus redes (supongo que no reportaría demasiado beneficio a los ISP, puesto que no es algo fácil de explicar a los clientes).


Como esos datos no son públicos, enlazo un artículo de adslzone sobre un estudio hecho utilizando la gente que hace su test de velocidad como muestra. Seguramente no es fiel 100% a la realidad, pero nos da una idea de los tiempos medios que se manejan.


La latencia, como veis, para conexiones residenciales está sobre los 0.065 segundos, lo cual, afortunadamente, no está tan mal como hace unos años


Pero claro, cuando hablamos de dispositivos móviles (3g) estos datos tan alentadores se ponen un poco más feos, en algunos casos alcanzando más del doble de la peor latencia de residencial. Este estudio de las conexiones 3g es gracias a bandaancha.eu .


Así que aquí estamos, en el año 2010 y con una infraestructura que aunque “casi”, apenas es capaz de soportar la videoconferencia, y menos de calidad, así que, después de todo este rollazo, hemos llegado al primer motivo, yo creo que fundamental, para que la videoconferencia no haya despegado anteriormente. 


Si hoy en día, con lo que hemos avanzado en infraestructuras y tecnología (no solo en hardware, si no en software, pero más de esto en el próximo artículo..), estamos como estamos, ¿cómo diablos se esperaba la gente que la videoconferencia llegara a todos los rincones del mundo? Casi nadie está dispuesto a ver a su interlocutor como un conjunto de píxeles desdibujados que le responden segundos después de haber formulado la pregunta, al menos no a no ser que sea un caso de extrema necesidad! (esto si que ha tenido éxito en caso de separaciones por viajes, trabajo, etc...), pero para un uso cotidiano? jamás!.


Pero esto cambia rápido, y como vemos las tecnologías están “en su punto”, creo que las empresas que inviertan en esto en este preciso momento tendrán mucho que ganar.


¿Y QUE PINTA FACETIME EN TODO ESTO?


Al final no he hablado mucho de facetime en este post, pero bueno, mi idea era precisamente hacer una serie de artículos para introducir la tecnología en su contexto, sin simplificar y hacer un “facetime vs videoconferencia”. Pero creo que al menos he llegado al que yo creo que es el primer punto a favor de facetime, la oportunidad.


Facetime despega en el momento exacto en el que las redes domésticas, el hardware y el software están preparados y lo suficientemente extendidos como para que todo el mundo pueda realizar videoconferencias de calidad hoy o en los próximos meses.


Apple ya tiene algunas experiencias en cuanto a la oportunidad a la hora de sacar un producto, y no todas especialmente buenas. 


¿Quién no recuerda el newton? ese iPad de los 90, que simplemente fracasó por salir en el momento inadecuado. Creo que con la videoconferencia pasará lo mismo, es una idea que nos lleva rondando a todos mucho tiempo, pero que necesita un cúmulo de factores a su favor para que despegue.


¿WHAT’S NEXT?


En el próximo post, que haré dentro de unos días supongo, intentaré repasar antecedentes y muestras actuales de sistemas de videoconferencia concretos, y ver sus debilidades y fortalezas. A ver si encontramos el ¿por qué está ahí pero nadie lo usa?


Un saludo!


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