miércoles, 17 de noviembre de 2010

Mi manzana




"La Rosa de los Vientos" es un programa de radio que llevo escuchando los últimos 15 años, de forma incondicional, cada día, escucho al menos un poco del programa aunque sea grabado (los podcast facilitan mucho el recuperar programas que no he podido escuchar), y el día que no puedo escucharlo antes de ir a dormir, o ya he escuchado el podcast de la semana anterior se me hace raro, me voy a dormir un poco "solo".




El caso es que mientras escuchaba el podcast de la semana pasada (este es el enlace, por si alguno quiere escucharlo), me interesó una reflexión que hacía uno de sus invitados, el controvertido egiptólogo Robert Bauval, acerca de cómo un pequeño evento puede cambiar el resto de tu vida, a veces un evento que parece insignificante desemboca en cambios tremendamente radicales que van a influir no solo en la persona que lo sufre, sino también en su entorno, en la sociedad a la que pertenece o incluso en toda la humanidad.


Esto es una variante del concepto del "efecto mariposa", del cual se ha hecho incluso alguna película de gente que va al pasado, pisa un insecto y eso desemboca en la extinción de toda la humanidad (¡muy mala la película por cierto!)


Para ilustrar esto, en este caso, Bauval puso el ejemplo de Isaac Newton y la manzana.




Aunque hoy sabemos que es una leyenda urbana, existe la creencia de que Newton, sentado a la sombra de un manzano, recibió un manzanazo en la cabeza y eso fue lo que le hizo pensar "¿Por qué cae la manzana?" y de ahí pasó a desarrollar la Ley de Gravitación universal, que describe a la perfección como funciona la gravedad (al menos en el universo que vemos).


Como decía, un evento, una chispa, o "la musa de la inspiración", cambió radicalmente su vida, y en este caso la de la humanidad entera.


MANZANAS EN LA INFORMÁTICA


Nota: Si el personaje del que voy a hablar a continuación supiera que lo estoy relacionando con una manzana, aunque sea de manera casual, seguramente me mataría.





La historia de este personje empieza en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en 1971, trabajando en el laboratorio de Inteligencia Artificial como programador.
En la misma época unos compañeros fundaron una empresa de programación llamada Symbolics que intentó en poco tiempo hacerse con el monopolio de los programas que se usaban en el laboratorio, lo que a nuestro protagonista le pareció una traición, y por ello dedicó día y noche a crear por si solo software de forma gratuíta para "competir" con las tacticas monopolistas de sus ex-compañeros.


El ha contado la anécdota en varias ocasiones de que cierto día le obligaron a firmar unos acuerdos de confidencialidad para usar el software de Symbolics, y pusieron contraseña y otras restricciones para servicios que antes usaban libremente, y esa fue su manzana, en ese momento se rebeló y comenzó una aventura que definiría el resto de su vida, se propuso crear de cero un sistema operativo completo, con todas sus herramientas , pero manteniendo ese espíritu de uso libre que el conocía antes de enfrentarse con las restricciones que las nuevas compañías estaban implementando en los programas.


Muchos lo habréis adivinado ya, pero el protagonista de esta historia es RMS, Richard Matthew Stallman, el creador del Sistema Operativo GNU, que más tarde se convirtió en GNU/Linux (si, lo que hoy conocemos como Linux).




Si quisiéramos simplificar la historia, podríamos decir que como en el caso de Newton, a Stallman le pusieron un día una contraseña y eso desembocó en una serie de eventos que llevaron a Linux a ver la luz, y la verdad, es bonito pensar que fue así.




MI MANZANA


En mi caso, mi manzana me cayó en el instituto, cuando yo tenía más o menos 16 años.


Antes de eso yo ya usaba habitualmente el ordenador, pero de manera ocasional y desde un punto de vista "usuario" (aunque el término usuario en esa época y con esa edad es un poco relativo, hoy sería un "power user" :-). 


El caso es que un amigo del instituto tenía conexión a Internet, un término que solo sonaba en aquel entonces en los círculos más "frikis", esto es, en los dedicados a la informática exclusivamente, y de pasada nada mas, hay que tener en cuenta que en aquel entonces no había un Internet como ahora en España, sino que nos conectabámos a través de Infovía y cosas similares, bueno.. para olvidar.


Recuerdo que un día, mientras estábamos allí enterándonos de como funcionaba aquello, el padre de mi amigo entró con un montón de papeles y unos cuantos diskettes, y se puso a enseñarnos un proyecto en el que se había involucrado:



"Estos papeles son el manual de un sistema que estoy ayudando a traducir, se llama Linux, y funciona así.."


Arrancó el ordenador y ahí estaba, una Red Hat en sus primeras versiones, con su sistema gráfico, sus aplicaciones, su sistema de usuarios.. y con una documentación que explicaba al milímetro hasta el más pequeño paso de su funcionamiento.


Todo eso, y el hecho de que el padre de mi amigo, que no era informático, pudiera estar colaborando en eso, me llamó la atención tan poderosamente que desde ese día, que me llevé los diskettes para instalarlos en el pc de casa (operación que acabó en un borrado accidental de un libro que estaba escribiendo mi padre, por cierto.. pero bueno todos los principios son duros! O:-), hasta años después, dediqué un enorme porcentaje de mi tiempo a aprender como funcionaba el sistema, a estudiar cómo se mueve la comunidad que lo mantiene (la que inició RMS, del que hablaba antes), y a colaborar divulgando en la medida de lo posible sus bondades para que la mayor cantidad de gente posible lo use.. pero además de todo eso y sobre todo, eso fue lo que me llevó en un camino sin vuelta a mis estudios y a mi actual trabajo de informático.



Claro, esto sólo se puede ver años después, cuando echas la vista atrás y ves que todos hilos que empiezas tienen un punto de origen común, algo que en su momento no me pareció demasiado importante, pero que marcó años de decisiones posteriores.


Solo puedo sacar una conclusión de todo esto, y es que cada evento que sucede en nuestra vida, bueno o malo, cada decisión, cada acción, cada paso que damos, cada nuevo conocimiento que aprendemos, puede ser el detonante de un cambio de unas proporciones que a veces no alcanzamos a imaginar, si lo perdemos, o si no prestamos atención a estas pequeñas cosas, podemos perder la oportunidad de hacer grandes cosas.


Así que atentos a las manzanas, no vaya a ser que se os escapen!





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