jueves, 15 de mayo de 2014

Polillas cibernéticas



Las polillas

Todos los animales se mueven por instintos y nosotros, claro, no nos salvamos.
Sin embargo cuando vemos comportamientos instintivos en el resto de animales nos parecen bastante básicos o directamente idiotas, y el ejemplo perfecto es la polilla.

La polilla se siente instintivamente atraída por la luz y cuando la vemos quemarse las alas cuando se acerca mucho a una vela o a una bombilla incandescente nos parece un comportamiento suicida propio de un ser sin ningún tipo de capacidad de elección.



Pero realmente el comportamiento de la polilla es muy razonable, es atraída por la luz porque cuando viaja necesita orientarse y saber hacia donde (o si puede) subir, al ir hacia arriba, todo lo que pueda, atraída por el brillo de las estrellas y la luna puede evitar obstáculos al volar más alto y muchos de sus depredadores terrestres no podrán alcanzarlas.

Y visto así, la polilla sigue siendo un ser poco inteligente, pero su comportamiento instintivo esta bastante perfeccionado y sólo podemos ponerle la "pequeña" pega de que ante estímulos artificiales o exageradamente atractivos, el instinto es tan fuerte que se quema.
Nada, detalles, se muere y ficha nueva, como decía un amigo mío (vivan las referencias frikis!)


Ciberinstintos


El caso es que igual que las bombillas y las velas no han existido mientras la polilla evolucionaba, en nuestro caso también tenemos instintos que han evolucionado para adaptarse a situaciones que no encajan en el mundo que nos toca vivir.

¿Qué instintos tenemos para poder sobrevivir en un mundo digital? ¿Cómo podemos por ejemplo interactuar con una persona que está a cientos, o miles de kilómetros? ¿y con un programa? ¿Cómo podemos valorar los riesgos que entraña una decisión en un entorno virtual?

Nos hicimos a nosotros mismos para vivir en sociedad, y ahora la sociedad es digital, nuestra capacidad para distinguir lo que es real de lo que no no es mucho más precisa que la vela y la luna en el caso de la polilla.

Y así tenemos todo tipo de nuevos peligros en los que nuestros instintos son antiadaptativos, en donde apelan directamente a lo más profundo de nosotros para que caigamos en terribles trampas:

- Al sexo, como en el e-whoring
- Al miedo, como en los rogue antivirus
- A la avaricia, como en los scams por correo electrónico
- A la empatía, como en los hoax que reclaman dinero para salvar a X niño con una enfermedad rara que en realidad no existe a los gatitos embotellados

Esto no quiere decir que en la vida real no existan versiones de estas situaciones, pero desde luego nuestras alarmas saltan antes, porque hay algo que todavía no controlamos en esta sociedad virtual, y eso nos despista un rato.


Vida real, vida digital


Y cuando hablo de todo esto, siempre pienso en lo mismo, ¿cuál será la diferencia entre la vida real y la virtual?

Hoy en día divulgamos prácticamente la misma información online que offline, o más, la gente que nos tiene añadida en las redes sociales saben desde que comemos, a que hora tomamos las cañas o como tenemos los pies cuando nos hacemos selfies en la playa, y sin embargo a pesar de todo eso, cuando preguntas sobre la importancia que le da la gente a esto, la respuesta es paradójicamente que "muy poca"

Surgen conversaciones de este tipo:

¿Por qué no pones una contraseña segura? : Total para lo que me pueden ver
Oye, sabes que tienes el pc lleno de virus?, pueden ver toda tu información: Total, nadie se va a aburrir tanto como para hacer eso
Ha salido un fallo de seguridad gravísimo, estamos todos afectados y nos espía el gobierno, pueden ver incluso tus chats: Total..

Y así...



Este corto trata sobre los datos que puede obtener un atacante que nos vigila por una webcam, da MUY mal rollo, ¿seguro que tus datos no son importantes?


Y sin embargo, cuando cuentas como en el curso de lockpicking que hicieron en la UDC (aun no se por qué dieron un curso de esto en unas jornadas de seguridad informática, pero bueno, ha molado :P) que prácticamente cualquier cerradura se puede abrir, sólo con pensar que alguien va a ver aunque sea las cartas que tienen en el buzón, se mueren.

¿Por qué? por qué esta separación de nuestros datos en reales y virtuales, es algo que me intriga

Incluso mis alumnos de seguridad, que son personas altamente cualificadas (o yo los considero así), cuando das determinados consejos de seguridad se echan las manos a la cabeza, o ponen cara de .. "yo en mi vida he hecho ni haré esto", aún sabiendo las consecuencias, nadie tiene contraseñas seguras, ni las cambia periódicamente, ni cifra sus datos, ni nada de nada

Hace poco en una entrevista que le hicimos a Chema Alonso, nos decía que es la tecnología la que tiene que implementar la seguridad, y los que nos dedicamos a esto tenemos que andar en esa dirección

No le puedo dar más la razón, no se pueden dejar estas cosas al azar, porque nos dejamos llevar, incluso los preparados, por vagancia, falta de cautela o por instinto, nos dejamos llevar, y seguro que sin unas medidas de prevención eficaces, a veces nos quemamos.

Somos las polillas de Internet




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