Se podría decir que mi trabajo consiste en plantar.
Me levanto cada mañana, voy a mi lugar de trabajo, y me recorro los múltiples campos yermos con semillas de lo más diverso con la esperanza de que algún día germinen, crezcan y den sus frutos.
Lo mejor de mi trabajo, sin duda, es ver como de esas semillas, que al fin y al cabo yo recolecté de otros frutos y me limito a compartir, se transforman en frutas maduras que la gente usa para comer, para vender o para compartir, algunas de ellas se usarán incluso para utilizar a su vez sus semillas y generar nuevos cultivos, creando así una cadena sin fin que dará como resultado un crecimiento exponencial de los campos, frutos y semillas en muy poco tiempo
Pero esto sin embargo no sucede así, solo hay que abrir un poco los ojos para ver que ni hay frutos para todos, ni los que hay son distribuídos de esta manera tan altruísta.
¿Por qué?
Hace poco me crucé con este video de la Dra. Vandana Shiva, en el que habla precisamente del tema, os recomiendo gastar cinco minutos de vuestro tiempo mirándolo y luego seguir leyendo, merece la pena (recomendable verlo a pantalla completa)
Terrible.
El ser humano es capaz de todo con tal de lucrarse, y esto es un horripilante ejemplo de esto.
Pero realmente no es algo muy sorprendente, quizás es que muchas veces queremos cerrar los ojos a la fuerza, para no ver la cruda realidad, que es esta:
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| Distribución de la renta per cápita en el mundo |
A veces hay que parase y pensar que por ejemplo en la gran crisis de nuestro país que parece que va a acabar con la civilización no hay ni una sola persona que se muera de hambre, y que sin embargo ahora mismo en el cuerno de África están sufriendo una de las sequías más duras de los últimos años lo que hace que mueran cientos de niños al día por sed y desnutrición.
A lo mejor es que esta crisis nos hacía falta, es un premio al egoísmo, hemos generado nosotros mismos un sistema injusto que cada vez necesita más pobres para enriquecer a menos, y poco a poco nos va tocando a todos.
SEMILLAS DE IDEAS
En realidad mi trabajo no consiste en plantar, bueno, al menos no literalmente.
Lo que yo planto son ideas, conocimientos, mi trabajo es enseñar, y ver como a partir de una pequeña idea la gente aprende unos conocimientos que le servirán para trabajar, para desenvolverse en la vida, e incluso a algunos pocos para reenseñar esos conocimientos aprendidos, dando lugar a una cadena sin fin que....
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| Las ideas son como las semillas... ¿las patentamos también? |
¿Os suena?, si es que al final es lo mismo...
¿Alguien concibe que yo declarara como propiedad intelectual mis ideas?, que le dijera a mis alumnos "mira, yo te enseño esto, pero como lo reenseñes me tienes que pagar porque es mi propiedad intelectual", por supuesto nada de ideas modificadas, o es una idea completamente original o ya te puedes ir olvidando de ir contando por ahí lo que has aprendido en clase.
Desde luego sería un negocio muy lucrativo para mi, dar clase un par de años y de ahí a la jubilación, un paso, luego solo queda esperar y recoger beneficios.
Eso si, en unos años siguiendo este método la cultura habría tocado fondo, con unos cuantos profesores monopolizando el mercado de los "conocimientos originales" y un montón de gente sin tener los recursos posibles para acceder a ellos, sin pasar por alto que esos conocimientos serían modelados a mi antojo y...
¿Es terrible también no?
El problema es que eso ya pasa....
UN EJEMPLO DE IDEAS COARTADAS, LAS PATENTES DE SOFTWARE
El caso del software es sangrante, e increíblemente parecido al símil que hago con el caso de las semillas.
Las patentes surgieron de la necesidad del autor (o el pensador, inventor..) de ver recompensado el proceso investigador, que por si mismo no solo no da dinero, sino que es una fuente de gastos (a veces difíciles de compensar) inagotable.
El mecanismo funciona relativamente bien en las invenciones tangibles.
Por ejemplo: Una compañía de coches se gasta 1millón de euros al año en I+D, y al cabo de 3 años desarrolla una pieza que revoluciona el sistema de frenado de los coches.
Obviamente ese gasto de 3 millones de euros en investigación tiene que ser recompensado de alguna manera, y al patentar la pieza se asegura por una parte un control sobre quien usa esa innovación durante un tiempo, y por otra percibe unos "royalties" por su uso que compensan directamente la investigación.
Sobre los tiempos que pueda durar o no ya se puede abrir un debate sin fin...
Pero a lo que iba, este mismo modelo se aplica en algunos países al software, que no consiste en nada físico sino en ideas plasmadas en unas líneas de código.
Cosas como "hacer click y arrastrar para mover datos de un disco a otro" pueden ser escritas en código de un montón de maneras distintas y por eso, para evitar plagios en "otros idiomas", se patenta la idea directamente y a correr, algo muy similar, por cierto, a lo que pasa con las obras literarias o audiovisuales, aunque en estas últimas es necesario que exista un porcentaje de texto, video o audio exactamente igual para que se considere plagio.
En el caso del software es así, sin paños, yo patento el "doble click" y si no está patentado me quedo tan ancho y se supone que la gente me tiene que pagar por usar, vender, (enseñar) o redistribuír esa idea. Por cierto, que no es un ejemplo chorra, Microsoft tiene esa patente desde el 2004.
Así que el panorama de limitar las ideas no es tan lejano, es algo que ya está pasando.
MÁS PROPIEDAD INTELECTUAL
Y, ¿hasta donde llega el negocio este de la propiedad intelectual?
Pues la verdad es que está muy metido en la cultura de nuestro mundo, el primer mundo tan egoísta del que hablaba al principio, y digo lo de la cultura como algo literal.
Los creadores de cultura han querido, voluntariamente, subirse al carro de cobrar hasta por respirar, y aplican el mismo método viral de propiedad, de forma que si ellos te venden algo, no te lo venden, sino que te lo prestan.. porque ¡ay de ti! ni se te pase por la cabeza regalar, reproducir, revender.. nada de lo que compras.
Obviamente esto no es comparable al tema con el que empezaba el artículo, porque realmente en el caso de las semillas se juega con la vida de muchos millones de personas, y en este caso.. se juega con mucho dinero, se fomenta el reparto desigual del mismo, y al fin y al cabo, se perpetúa la sociedad egoísta en la que vivimos.... jo, al final si que es un poco comparable, aunque hay algun autor que quiere hacer la comparación a la inversa, como cuando Alejandro Sanz comparó a los niños de Africa con SIDA con la propiedad intelectual, que digo yo que ya hay que tener unos huevos muy grandes para decir semejante burrada aun encima, con perdón.
El gran escándalo de estos días acerca de la principal sociedad de recaudación de propiedad intelectual de nuestro país, la SGAE, la cantidad de dinero que habían acumulado y que les sobró para hacerse unos palacetes, para repartirse entre los colegas y además para robar unos pocos a costa de robarnos a todos debería hacer que estos autores reconsideraran el objetivo de su trabajo.
Realmente.. ¿están trabajando para difundir la cultura tal y como tanto presumen algunos de ellos? ¿o están trabajando para ser inmensamente ricos a costa de lo que sea? ¿Es necesario que un trabajo más, como es el de ser un creador, mueva cantidades tan exageradas de dinero? ¿es proporcionado este dinero en comparación con otros trabajos y otras situaciones?
Seguramente estas preguntas son muy incómodas para algunas conciencias, y seguramente el problema de la proporcionalidad, es que sistemas como este, de limitar las semillas sean de ideas o sean de maíz, lo único que hacen sea fomentar la desigualdad y la desproporcionalidad.
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