martes, 8 de marzo de 2011

8 de Marzo. Día Internacional de la mujer




Hoy es el día internacional de la mujer, un día que viene recordándonos cada año desde la primera mitad del siglo XX la desigualdad que la mujer ha venido sufriendo de manera sistemática en muchos de los aspectos de las sociedades "modernas".
El tema de este año además es de especial interés para mi porque afecta directamente a mi trabajo que es la formación y la tecnología, se trata de «La igualdad de acceso a la educación, la capacitación y la ciencia y la tecnología: el camino hacia el trabajo decente para la mujer».

Habrá seguramente quien piense que esto no es necesario, porque las mujeres ya están integradas totalmente, tienen igualdad de derechos o incluso más que los hombres en algunos aspectos, pero no es así para nada, y esto no es una impresión mía, solo hay que leer cualquier foro o noticia donde se comente cualquier tema relacionado con leyes de igualdad, personajes públicos femeninos o cualquier tipo de mecanismo de protección a la mujer para encontrarnos comentarios de lo más diverso mostrando la realidad de nuestra sociedad, una realidad bastante menos agradable de lo que cabría esperar a estas alturas.

Y en el mundo de la tecnología, que es el que veo más de cerca, esta desigualdad es evidente.

Por algún motivo da la impresión de que la tecnología es un mundo de hombres, que los ordenadores están hechos por y para ellos y que las pocas mujeres que entran son miradas con recelo por sus compañeros, son las "raras" o las "frikis", como si realmente no pudieran ejercer el trabajo de informático igual o mejor que los hombres.
Existen grupos de mujeres en ámbitos tecnológicos muy específicos, uno de los primeros y más conocidos es Debian Women, pero son claramente minoritarios

Esa impresión, desde luego, es totalmente falsa.

Mi experiencia personal es que con los alumnos y alumnas de informática que he tenido, y aunque es cierto que la predisposición de las mujeres es normalmente peor (pero esto tiene un evidente componente social), al final el rendimiento de unos y otros es exactamente igual.

Pero no solo eso, a lo largo de la historia nos encontramos con cientos de ejemplos de cómo la mujer ha sido determinante en muchos de los grandes avances de la tecnología y con el gran mérito de haberlos conseguido en tiempos en donde la mujer estaba forzosamente apartada de estos ámbitos o como mínimo relegada a un segundo plano.

Un claro ejemplo de esto ha sido Ada Lovelace, la primera programadora, de la que ya hablé en esta entrada hace unos meses.

Precisamente para rendirle homenaje se celebra cada año el día de Ada Lovelace, que normalmente era en Marzo pero que este año han cambiado para Octubre, para que los bloggers tengamos más tiempo para preparar artículos y demás, como yo tenía algo preparado.. voy a dejarlo por aquí como homenaje del día de la mujer, y en Octubre ya haré otra cosa :-)

Se trata de la historia de una mujer que pese a las trabas que los hombres de su época le impusieron, se convirtió ni más ni menos que en una de las primeras programadoras de un ordenador electrónico.

Esta mujer era Frances Elizabeth "Betty" Holberton y el ordenador era el ENIAC, el primer ordenador electrónico.

FRANCES ELIZABETH SNYDER 


Frances Elizabeth Snyder  (nombre de soltera), nace en Filadelfia en 1917.

Desde muy joven tiene pasión por los números y la lógica, lo que le hace embarcarse en un proyecto no muy común para sus coetáneas, matricularse en matemáticas en la universidad de Pennsylvania.

Sin embargo el primer día de clase, uno de sus profesores le dijo que en vez de perder el tiempo intentando conseguir su graduado en matemáticas lo aprovecharía mucho mejor quedándose en casa y cuidado a sus hijos, lo que desmoralizó totalmente a Betty, que abandonó la carrera de matemáticas para hacer periodismo, una de las pocas salidas profesionales socialmente bien vistas para las mujeres en aquel entonces.

Su pasión por los números continuó, y en 1944 durante la guerra mundial, mientras los hombres se iban al frente, el ejército comenzó a contratar mujeres para realizar cálculos sobre trayectorias balísticas, y nuestra protagonista fue una de las "afortunadas".
Frances Elizabeth Snyder en primer plano, frente al ENIAC

Desde luego no se puede decir que las condiciones fueran las mejores, para empezar a ella y a las otras cinco mujeres que asignaron al proyecto ENIAC se las contrató como "subprofesionales", y además el trabajo de programación no era como el del programador moderno.. pero para entender esto un par de datos sobre la bestia a la que tenían que enfrentarse:

Descripción física del ENIAC (fuente wikipedia):
"Físicamente, la ENIAC tenía 17.468 tubos de vacío, 7.200 diodos de cristal, 1.500 relés, 70.000 resistencias, 10.000 condensadores y 5 millones de soldaduras. Pesaba 27 T, medía 2,4 m x 0,9 m x 30 m; utilizaba 1.500 conmutadores electromagnéticos y relés; requería la operación manual de unos 6.000 interruptores, y su programa o software, cuando requería modificaciones, demoraba semanas de instalación manual."
Esto es.. cada vez que se tenía que modificar el programa que ejecutaba el aparatito, las seis programadoras tenían que hacer los cálculos y modificaciones necesarias para que moviendo cada uno de los 6000 interruptores se hiciera el trabajo. A mi, personalmente, no me parece el trabajo de una "subprofesional".
Dos de las compañeras de Betty, Betty Jean Jennings (izquierda) y Fran Bilas (derecha) 


Pero esto no es todo, desde que el ENIAC se hizo público en 1946, todos los reportajes, fotografías y publicaciones sobre el no mencionaron en absoluto a ninguna de estas mujeres, si alguna de ellas salía en una foto se las presentaba como "chicas de exposición" ("Refrigerator ladies" en inglés, por la semejanza con las mujeres que anunciaban los frigoríficos en la tele, sin aportar nada).

No fue hasta muchos años después, ya en la década de los 90 (ayer, vamos..) cuando se reconoció su trabajo, y Betty en concreto fue la única de las seis a la que se otorgó el premio "Ada Augusta Lovelace" precisamente, reconociendo su trabajo y el aporte como mujer a la historia de la informática, determinante sin duda en los primeros pasos de la programación moderna.






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