lunes, 28 de febrero de 2011

La consciencia (o el alma) en entredicho.



En la entrada de la paradoja del barco de Teseo, reflexionaba sobre una cuestión importante para mi, y creo que para cualquier persona con cierta curiosidad .. ¿qué somos?.


Desde luego esta pregunta es para muchos irresoluble, porque aunque la parte física está cada vez mas estudiada y delimitada los procesos de pensamiento son tan complejos que tardaremos muchos años, siglos o milenios en dar con todas las claves del pensamiento humano.. si es que damos con ello alguna vez.


El asunto es tan complejo y está tan fuera de nuestro alcance que muchos recurren al homúnculo para explicar nuestro pensamiento, es decir, si eso funciona es porque hay algo ahí que hace que funcione, pero ¿cómo funciona ese algo?, pues ese algo "es demasiado complejo para nosotros", y ahí acaba la explicación.
Imagen de 1695 en donde usaban al homúnculo para explicar como funcionaba el esperma.. con un minihombre dentro claro!. Ellos tenían excusa porque sus instrumentos de medida y visión eran malos en aquel entonces, que pase hoy en día es....
Este es el caso de las explicaciones animistas del funcionamiento de nuestra existencia, nuestro pensamiento y nuestra consciencia, tenemos un "alma" o similar, que es lo que nos hace ser humanos, y ese "alma" es un don natural o divino que es .. inexplicable.


Yo personalmente, y no quiero herir sensibilidades (aunque estas cosas siempre lo hacen, da igual el cuidado que se tenga o lo objetivo que se sea), creo que estas "explicaciones" por llamarlas de alguna manera son demasiado conformistas y pesimistas.


Dado el avance de la ciencia y la exploración del cuerpo y la mente humanas en los últimos años, exactamente ¿qué es lo que hace pensar que eso se va a detener en algún momento? ¿qué es lo que nos hace pensar que existe una base divina más allá de lo que se ha descubierto hasta el momento?. Absolutamente nada, de momento somos imparables.


El tema de la consciencia está íntimamente relacionado con esto que comento, existen evidencias de que la consciencia es una de tantas funciones de nuestro cerebro, pero ni es absolutamente indispensable para hacer todo lo que hacemos, ni es un todo indivisible de nuestro cuerpo.


Un ejemplo serían las acciones no conscientes o reflejos (respirar, por ejemplo), pero a lo mejor es demasiado evidente o demasiado simplista, así que voy a poner tres ejemplos mucho más interesantes.


CEREBRO DIVIDIDO


La epilepsia es un trastorno neurológico caracterizado por una actividad excesiva de algunas neuronas cerebrales, lo que desencadena reacciones físicas y psíquicas bastante complejas que van desde la pérdida temporal de atención hasta las (tristemente) famosas convulsiones epilépticas que pueden acabar dañando definitivamente de forma grave al que lo sufre, tanto por daños físicos en su cuerpo (caídas, golpearse contra algo, morderse la lengua o hacerse daño) como daños neuronales derivados del exceso de actividad.


En algunos de los casos más graves de epilepsia, cuando la vida del paciente está en riesgo y no existe otro tratamiento, los médicos pueden decidir practicar una operación de división del cerebro para evitar que las crisis tengan lugar.


Esta operación consiste, así como suena, en separar los dos hemisferios cerebrales seccionando el cuerpo calloso que es el tejido que los une.


Pese a lo que cabría esperar de una operación tan delicada, el índice de éxito en lo que se refiere a la cura de la epilepsia es muy alto, y además, pese a lo que cabría esperar, el paciente puede seguir llevando una vida más o menos normal pese a que los dos hemisferios de su cerebro no se comunican.


¿Más o menos normal?


Bueno.. tener el cerebro dividido en dos digamos que tiene sus consecuencias, entre otras:
  • Las funciones que controlan el habla, que están situadas normalmente en la parte izquierda del cerebro, quedarán aisladas.
  • A consecuencia de lo anterior, los estímulos que reciba en la parte derecha del cerebro (por ejemplo, una imagen presentada en la parte izquierda de su campo de visión) no se comunicarán con la parte del habla 
Nuestra intuición nos podría llevar a pensar que esta persona funcionará así: "Se le presenta una imagen en su lado izquierdo, el lado derecho de su cerebro lo procesa y es consciente de la imagen que ha visualizado, por lo que cuando se le pregunta por ella responde lo que ha visto"

Pero esto es imposible, porque como dije antes las dos zonas están separadas, por lo que la persona no puede vocalizar lo que ha visto.


En la práctica la persona dirá que no ha visto nada, o que no puede responder, es decir, que no es consciente de haberlo visto.

Pero ahora viene lo más interesante, si a la persona se le pide que señale entre un conjunto de fotos la que ha visto con su brazo izquierdo (controlado por el lado derecho del cerebro) señalará la foto correcta, pese a que su "consciencia" le "dice" que no la ha visto.

Lo interesantísimo de estas pruebas es que contradicen la visión molar* del pensamiento y la consciencia clásica, y por supuesto la idea de un alma indivisible, y tirando un poco de intuición, parecen sugerir que la consciencia o lo que nosotros creemos que es tal es en realidad nuestra función de lenguaje, es decir, somos conscientes sólo de los que nos podemos "hablar a nosotros mismos".

* Entendiendo molar la visión del pensamiento y la consciencia "como un todo" indivisible, lo contrario que molecular 

Dejo aquí un video de uno de estos experimentos con una persona con el cerebro dividido, muy recomendable verlo, y reflexionarlo :=)



VISIÓN CIEGA


La visión ciega es un fenómeno apasionante que se da en gente que aunque es ciega, puede responder a ciertos estímulos visuales.


¿Cómo se come esto?


Pues lo que sucede en realidad es que esa persona es ciega no por un fallo en su sistema visual ocular, sino por un daño en alguna de las zonas cerebrales responsables de procesar los datos visuales (es decir, dentro de la corteza visual, normalmente en la región llamada V1), en este caso los datos captados por los órganos visuales llegan al cerebro, pero no son correctamente interpretados.. en definitiva la persona no ve, o no es consciente de ver (que para el caso.. es lo mismo).


Sin embargo una persona con ese tipo de ceguera si es capaz de reaccionar a ciertos estímulos visuales, a pesar de que sigue sin ser consciente de que está viendo algo.


El caso más conocido es el de TN, un paciente que padeciendo una lesión bilateral en su corteza visual, lo que le causaba ceguera total, conservaba su capacidad de navegación o percepción espacial, siendo capaz por ejemplo de moverse por una habitación llena de obstáculos sin chocar con ellos.


En este video se puede ver a TN realizando precisamente esta prueba




Esto también choca frontalmente con la idea que tenemos de consciencia, porque si el paciente que sufre esto no es consciente de ver ¿por qué el cuerpo actúa aparentemente de forma autónoma?


Lo cual también nos lleva a otra cuestión ¿es realmente necesaria la consciencia?, es útil desde luego, pero realmente vemos ejemplos cada día de organismos que pese a no cumplir los requisitos de lo que nosotros llamamos consciencia (algunos lo llaman inteligencia, en este contexto supongo que tanto da) sobreviven y actúan perfectamente,  pero claro, para imaginarnos como sería vivir sin ser consciente de algo tenemos que recurrir a casos como este, y la verdad es que imaginarlos en nosotros mismos es difícil, duro, y desde luego muy muy raro.


PHINEAS GAGE


Phineas Gage (o Phi como le llamo yo, de tantas veces que me lo he encontrado como ejemplo en los libros ;), era un operario del ferrocarril americano que en 1848, cuando tenía 25 años, sufrió un pequeño accidente que terminó con un raíl de hierro atravesándole la cabeza de arriba a abajo.


Como una imagen vale más que mil palabras, este es un esquema de la situación:


Con casi toda probabilidad una persona normal moriría al instante al sufrir una lesión como esa en el cerebro, pero el señor Phineas ganó la lotería de su vida, porque tras intervenirlo para quitarle la barra, no solo sobrevivió, sino que se recuperó hasta el punto de volver a recuperar su vida y su trabajo, y convertirse de nuevo en una persona normal.

Pero esto tuvo un pero. Se convirtió de nuevo en una persona normal, lo malo es que esa persona ya no era el.

Los daños en las distintas zonas del cerebro hicieron que su personalidad cambiara por completo, perdió la capacidad para hacer planes, se volvió más arisco, tuvo problemas con el alcohol... en definitiva, esa persona tenía los recuerdos, la vida, el cuerpo del señor Phineas Gage, pero ¿era el?, según su familia, sus médicos y sus amigos había cambiado totalmente.

Aunque este caso no está exento de controversia (porque la investigación en el 1848 no era lo que se dice demasiado objetiva ni precisa), es una muestra de varias cosas con respecto a la consciencia: primero, que en realidad nuestra consciencia, lo que somos, está en nuestro cerebro y cualquier cambio o daño en el mismo (drogas, golpes, un raíl de tren... ;) pueden hacer que lo que somos o creemos que somos pase a ser algo totalmente distinto, y además que esas partes no forman un todo indivisible sino que cada pequeño grupo de neuronas control una parte ínfima de lo que somos de una manera que todavía no llegamos a entender.






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